Ciudades fantasmas chinas en Perú

Entre el 2018 y el 2012 surgió en boom de las ciudades fantasmas china. Construcciones diseñadas para aproximadamente 1 millón de personas totalmente financiada y construida por el Estado con la finalidad que sea habitada y adquirida por individuos privados. Uno de los principales objetivos de esta estrategia ha sido la aceleración de la urbanización ordenadamente. Pero estas ciudades fantasmas se no se limita al territorio chino; este país ha construido en estas ciudades en el continente africano, también diseñadas para un numero de 1 millón de personas; por ejemplo, en Angola. Aunque las criticas apunta a que esas nuevas ciudades demoran en habitarse; los defensores afirman que el tiempo demora sirve para seguir mejorando la infraestructura hacia ciudades del futuro.

Es importante destacar que este modelo de inversión pública también ha sido imitado por otros países africanos sin financiamiento chino; por ejemplo, Marruecos quien han empezado ha construir ciudades fantasmas con financiamiento propio. En Europa también hay proyectos similares al modelo chino. Cabe preguntarnos si este tipo de inversión es conveniente para la economía peruana. En efecto esto podría ayudar a resolver muchos problemas nacionales como la falta adecuada de urbanización, el ordenamiento territorial o el traslado de poblaciones que sufren la contaminación por la explotación minera como el conocido caso de La Oroya.

 En el Perú existe mucha inversión china, y mucha riqueza que se resulta de la extracción y explotación de los recursos naturales. Ciudades como Lima son muy caóticas, siendo la ciudad mas poblada del país. Por tanto, las construcciones de nuevas ciudades modernas podrían ser factible con una adecuada administración de riqueza que se extrae de los recursos naturales. Los primeros beneficiados serian los pobladores que se ubican cerca a la explotación de la minería; por ejemplo, de las minas Las Bambas. Los resultados positivos podrían ayudar a replicar esta enorme inversión en ciudades caóticas como Lima, ya que cada ciudad fantasma puede albergar en promedio 1 millón de personas, se estaría logrando un porcentaje importante de ciudadanos habitando ciudades modernas.